Y me maravillaré de que sea cualquier día
Cualquier día de estos llamaré a tu oído,
con mi amor desbordado,
con mis lados oscuros
estallando en albores.
Será en tu voz, tus ojos,
donde mi piel se vista,
como las uvas frescas
viajando hasta tu boca.
Y allí busque en tu beso,
el refugio del fuego.
Me levanto amor esta mañana, este suspiro, este jardín, esta novela. Tras los cirros otoñales…
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EVA ISABEL RUIZ BARRIOS Abandono el gesto. Trueco elocuencia por templanza. Elijo la palabra temblorosa,…