Despiértame de cascabeles,
con un exilio de palomas a la cúpula.
Despiértame de luces,
ésas, que emergen del fondo del orgasmo.
Despiértame
de navío sobre una espuma blanca,
de rama que puja en la tormenta
de lobo,
de serpiente,
de castañuelas,
de rugido que cae en los abismos.
Despiértame
de caballos galopando entre las olas,
de niebla de los bosques,
de manantiales.
Despiértame
como si recién me conocieras
y hallaras una perla en mi mejilla.
EVA ISABEL RUIZ BARRIOS