El sonido del alma

Siempre te recuerdo
en las noches con luna,
cuando la emoción
al corazón reclama
transitar en palabras
y uno se vuelve miedo,
tiempo,
brasa,
llama,
hierro.
Frágil ala.
A veces, como hoy
cuando el aire gime
y arden las pupilas,
es el corazón
una playa infinita
escollando la nada,
donde pájaros mudos
surcan recuerdos tibios.
Extraviada me encuentro
rodeando mis abismos.
Con los labios sedientos.
Con la sangre dormida.
Con la muerte rendida.