EVA ISABEL RUIZ BARRIOS
Abandono el gesto.
Trueco elocuencia por templanza.
Elijo la palabra temblorosa,
la que asume
en lo más hondo
su ignorancia.
Deshecho el axioma
o trato de enfrentarlo
con la duda.
Y con lo que queda
(brasas de una música
restos de una grieta)
construyo las paredes del poema
con pasos de la amante hacía el amado.
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